Las noches de mi ciudad

Llegan las 21h30 y a diferencia de la mayoría de las personas que se encuentran en sus hogares, aún me encuentro saliendo de mi lugar de trabajo; pasan pocos minutos y toda una diversidad de luces llaman la atención de quienes aún rondamos las calles de Guayaquil, que a diferencia de otras ciudades del Ecuador, aún sigue encendida con varios negocios y actividades laborando, y con quienes disfrutamos de sus servicios y bondades nocturnas.

Quiero referirme por el momento a aquella vida no solo bohémica que muchos llevamoos nocturnamente y como otros hogares se ven beneficiados de para quienes simplemente solo somos vampiros de la oscuridad, mientras que para otros somos las estrellas de la noche porque somos sus apreciados clientes.


Y somos nosotros quiénes movemos una parte escondida de la economía local que muchas veces no es visible para muchos, pero que está ahí e involucra a muchas personas no solo en fines de semana, sino en el mismo transcurrir de la misma, donde día a día quienes gozamos y aprovechamos las ventajas de consumir el alimento líquido como lo llaman los alemanes, vivimos historias de comunicación, diversión, de peligro en algunos casos, y hasta de protestas y rebeliones; ya que estas son actividades que difícilmente hemos dejado de hacer desde que se conoce la historia del hombre en horas de la noche.

No quiero polemizar mucho en el tema, pero para quienes disfrutamos de ver el amanecer no solo en una playa, sino también en nuestra hermosa y querida ciudad, he querido dedicar estas líneas y decirles que son parte importante del movimiento de actividades de nuestra sociedad que no pueden quedar sin notarse.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
sabes escribes lindo tienes muy buena apreciacion de lo que es la politica d e este pais
me encnato un beso cuidate

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